Conservación del medio ambiente marino



El medio marino resulta ideal para toda aquella persona interesada por la contemplación de la Naturaleza, ofrece posibilidades que no se dan en medios naturales terrestres, especialmente en cuanto a lo que en biodiversidad se refiere.

El buen naturalista y observador, al igual que en cualquier medio natural, debe procurar no dañar los organismos que está observando y que le rodean, para que otras personas y él mismo más adelante pueda volver a disfrutar en una nueva jornada de buceo.

El ecosistema marino, como su propio nombre indica, es un sistema, resultante de las variables físico - químicas, del entorno y de las especies que viven en él, que además está autorregulado, estableciéndose así un equilibrio ecológico que puede verse alterado si se cambia alguna de sus variables.



Mareas negras


La contaminación química de las aguas y/o lechos marinos supone una de las amenazas más evidentes, especialmente la contaminación por hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAPs) ocasionada por el hundimiento de los petroleros y que en ocasiones generan mareas negras. Aunque estos hundimientos tienen una gran repercusión mediática se estima que sólo el 10% de la contaminación marina por fuel se debe a estos hundimientos, el 90 % restante se achaca a pequeños pero innumerables derrames accidentales de combustible al mar desde pequeñas embarcaciones de recreo.


En la historia reciente, el Mar Cantábrico ha sufrido dos mareas negras importantes, ocasionadas por el hundimiento de los petroleros Urquiola en 1972 y Prestige en 2003.
Las consecuencias de este tipo de contaminación son muy graves: el fuel se expande por la superficie del mar, creando una película que impide el intercambio de oxígeno con la atmósfera, y al llegar a las costas se adhiere a las rocas ocasionando la muerte a los organismos que viven en ellas. Especialmente vulnerables a estos accidentes son las aves marinas, cuyas plumas se impregnan de fuel, pierden su capa de cera que las aísla del agua y del frío, y mueren.
Por otra parte, las distintas clases de fuel que se derraman al mar cuentan en su composición química con sustancias no biodegradables, que son a su vez tóxicas y bioacumulativas, especialmente metales pesados que al formar parte de la red trófica no se eliminan, sino que pasan de un nivel trófico a otro, llegando a veces hasta el consumo humano.





Vertidos


Los vertidos ilegales suponen otra amenaza para el medio ambiente marino, durante muchos años el sector industrial ha vertido a los ríos muchas sustancias tóxicas y bioacumulativas, generando los mismos problemas que con los derrames de fuel.
Por otra parte muchas grandes ciudades optan por construir emisarios y desagües submarinos que vierten las aguas residuales a varios kilómetros de la costa. La inadecuada depuración de estos efluentes hace que se vierta al mar gran cantidad de materia orgánica que, en su posterior descomposición, retira el oxígeno disuelto del agua, ocasionando así la asfixia de los animales marinos.
Anualmente se arrojan al mar multitud de basuras y sobre todo plásticos no degradables que, especialmente por los cetáceos, son engullidos al ser confundidos por alimento, y acaban por causar la muerte a estos animales.


Existe otra naturaleza de vertidos menos conocidos pero igualmente problemáticos. Primero las plantas desaladoras que toman el agua marina para retirarle las sales y hacerla así potable para el consumo humano, en esta operación se genera una salmuera cuya concentración salina es muy elevada y es necesario verterla de nuevo al mar, aumentando la salinidad en el agua supone que los organismos se deshidraten por la presión osmótica.
Y por último los vertidos de energía calorífica, realizados desde centrales térmicas y nucleares, que aumentan la temperatura del agua, reduciendo así su contenido de oxígeno y favoreciendo la creación de microecosistemas que a la larga pueden alterar el ecosistema propio de la región.



Movimiento de tierras


Las obras en puertos y rías alteran las corrientes marinas, y ello causa por ejemplo la desaparición de playas y el enterramiento de especies que viven fijas en los fondos rocosos. Por otra parte este tipo de actividades genera además muchas partículas en suspensión, lo que provoca la muerte de animales filtradores y la inhibición de la fotosíntesis por parte del fitoplancton y las algas.



Cambio climático y especies invasoras

El cambio climático traerá graves consecuencias a la vida marina, el aumento de la temperatura global del planeta, y con ello la temperatura del mar, alterará el metabolismo de los organismos y provocará la incursión de especies tropicales en un mar templado-frío como es el Cantábrico, la mayoría de esas nuevas especies no sobrevivirán, pero unas pocas si lo harán, no encontrarán competencia alguna e irán desplazando paulatinamente a otras especies autóctonas.



Sobrepesca


Durante siglos el hombre ha asumido la idea de que el mar es una fuente inagotable de recursos, y de esa forma los ha explotado todo lo que su tecnología le ha permitido. Sin embargo esa tecnología se ha perfeccionado con el tiempo y ahora se ha llegado a un punto de desarrollo tal que se puede acabar con los recursos marinos si no se gestionan como es debido, es decir, de forma sostenible.


Recientemente se han elaborado estudios biológicos de diferentes especies de gran interés comercial para controlar las capturas, tanto la cuantía como el tamaño mínimo, y asegurar así su recuperación para la próxima temperada de pesca, no obstante estos estudios a menudo son ignorados por las autoridades y hoy día muchos caladeros tradicionales han desaparecido.
La modernización de las artes de pesca ha traído graves consecuencias, concretamente las redes pelágicas, que atrapan todo aquello por donde pasan y que ha diezmado las poblaciones de cetáceos y tortugas marinas.



El buceo y el medio ambiente

Dejando a un lado la pesca submarina correctamente reglada hay que señalar que el buceo con equipo de respiración autónoma imposibilita por ley la pesca o extracción de especies animales y/o vegetales, aunque para actividades especiales se otorgan permisos.


El buen naturalista, y no sólo en el buceo sino en cualquier medio natural, es aquel que deja inalterado el medio ambiente que visita, y este concepto se suele confundir bastante con el hecho de que por ejemplo en algunos lugares turísticos se da de comer a los animales marinos en una cierta ubicación con el falso pretexto de la conservación, esta práctica altera el comportamiento de las especies y las desnaturaliza, pues encuentran una fuente inagotable de alimento y pierden así el instinto de tener que buscar comida en otros lugares, y además puesto que los peces son insaciables también pueden sufrir graves trastornos digestivos.
No siempre es posible, pero el submarinista debe procurar no tocar el fondo marino, especialmente con sus aletas, pues en él existen organismos muy delicados como las gorgonias, que pueden fracturarse con facilidad.

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